¡Qué pulcro tu dolor! ¡qué minucioso!
Trenzó las hebras ásperas del miedo
durante graves residencias largas
en las noches sin luna de mi cuerpo;
peinó los laberintos de la espera
con actitud de lágrima y silencio
y sin dejar, apenas, los indicios
de un gris inevitable en los espejos.
¡Y qué prolijo yo para arrancarte
de un solo golpe tu misión de trébol!
¡qué esmerada mi mano sin caricias!
¡cuánto afán de mi ausencia, cuánto empeño!
De modo que se han muerto los jazmines
de una muerte puntual, y no tenemos
sino labios de arcilla en la memoria
y un corazón edificando el éxodo.
© Ariel Giacardi
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Órden del libro
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▼
2007
(47)
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▼
julio
(47)
- Sin título
- Título
- A manera de prólogo
- Tu tiempo sin eclipses
- Sin cadenas
- Si fuera una mañana
- Los látigos sin tiempo
- Por sucederse
- El hacedor de recuerdos
- Tu piel invicta
- Sin decir cuántas estrellas
- En un mar de relojes
- Ella
- Del amor sometido
- Del amor convexo
- Cuerpo a cuerpo
- El rumbo del ocaso
- La furia sin vocablo
- Para fundar tu sed
- Mi vuelo secreto
- Labios de arcilla
- Los años arrojados
- Un sueño de acuarelas
- Los enigmas del aire
- La piel que llora
- Sin que la sombra
- Sobre pies de abismo
- Mi dolor a tientas
- Las noches de mi ausencia
- Esa luz que fatiga
- La que esperaba
- Encendiendo las nanas
- Pies de luna
- Apagar el tiempo
- Ya no me atrevo
- Del amor menguante
- De cuál naufragio
- Las aristas de la culpa
- Tus brazos sin mí
- En el alivio
- El vértigo propicio
- Con tu voz de callar
- Esta luna de rodillas
- Poema urgente para tu ausencia
- Como siempre
- Si después
- El canto esencial
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▼
julio
(47)
Biobibliografía
Ariel Giacardi, Porteña, Córdoba, 1968. Reside en Santa Fe desde 1972. Ha publicado * Extranjero de la luz, * En torno de tu nombre, * No dejes que amanezca e * Historias de uno.
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